La fuga fue cinematográfica. Nueve presos que eran trasladados a una cárcel santafesina provocaron un incidente en la camioneta, redujeron a los policías y escaparon. El episodio, ocurrido el 8 de mayo pasado en la autopista que une Rosario con Santa Fe, tuvo este martes un nuevo capítulo al confirmarse la detención del último de los delincuentes que permanecía prófugo.
Hugo Peralta, de 37 años y condenado por amenazas calificadas, robo simple y robo calificado por el uso de arma de fuego, fue detenido en la zona sur de Rosario. La policía contaba con el dato de que se ocultaba en una vivienda de Lamadrid al 1800. Al mediodía se dispuso un discreto operativo.
Cinco horas más tarde Peralta salió de una vivienda de la zona y se subió a un automóvil. Los agentes lo siguieron y lograron detenerlo a pocas cuadras del lugar.
El hombre cumplía condena y, de acuerdo a los informes aportados por el ministerio de Seguridad de Santa Fe, tenía dentro de la cárcel conducta ejemplar. Peralta logró fugar junto a otros ocho detenidos con los que eran trasladados al penal de Coronda después de una visita de familiares que compartieron en la Unidad Penal N°3 de Rosario.
Después de recorrer algunos kilómetros, en la autopista Rosario-Santa Fe, a la altura de la localidad de Granadero Baigorria, uno de los reclusos prendió un cigarrillo. Un agente del Servicio Penitenciario abrió la ventana que separaba el habitáculo de los detenidos. Eso fue aprovechado por los internos, que iniciaron una gresca y tomaron como escudo al policía.
Luego de golpear al chofer lograron detener la marcha del furgón policial, robaron cuatro armas reglamentarias y escaparon después de herir a uno de los agentes. En el camión viajaban 13 reclusos. Cuatro decidieron quedarse. Entre los evadidos, seis tenían condenas por homicidio. Tras escapar robaron dos automóviles para continuar con la huida.
Dos de los evadidos fueron recapturados en el Gran Buenos Aires, luego de un curioso procedimiento en el que policías se hicieron pasar por cartoneros para vigilar en un asentamiento precario de la localidad de Avellaneda. Los dos reclusos que se ocultaban allí planeaban fugar a Uruguay.
El caso provocó un impacto en el área de seguridad y el propio gobernador de Santa Fe, Miguel Lifschitz, planteó que para que la fuga se concretara “si no hubo mala praxis, hubo algo de complicidad”. Por el episodio fue removida la cúpula del Servicio Penitenciario.
La Justicia de Rosario imputó a los diez agentes que debían custodiar el operativo de traslado por “facilitamiento de evasión agravado por tratarse de funcionarios públicos y en calidad de coautores”.
En tanto, los ocho recapturados hasta ayer ya habían sido imputados por evasión, hurto y portación de arma de fuego agravada por sus antecedentes delictivos. Peralta, recapturado este martes, será llevado a audiencia imputativa en los próximos días.