Aberturas Aluminar

Jésica, mamá de un niña que utiliza silla de ruedas, narró como fue la experiencia de viajar en colectivo en la ciudad de Buenos Aires e ir a un restourante, y la misma no fue satisfactoria.
La joven comenzó relatando: "Ayer estuvimos en Buenos Aires y nos subimos al transporte público, y en mi experiencia debo decir que deja mucho que desear. Los colectivos no se estacionan correctamente para que la persona con discapacidad pueda subir, en el caso de que una persona en silla de ruedas quiera subir no tiene rampa, tiene que recurrir si o si al asistencialismo. Si no fuera por la ayuda de algunas personas no hubíeramos podido subir ni bajar del colectivo. Siento que nos falta mucho y es por eso mismo que las personas con movilidad reducida no pueden acceder a ese tipo de transporte".
Más adelante Jésica detalló: "La gente parecían pirañas subiendo al colectivo, corrían y se trepaban, y por mi mente pasaba como puede Juli igualar eso? Si el colectivero ni siquiera estaciono donde correspondía. Quise vivir esa experiencia con Juli pese a que por momentos me invadía la angustia y las ganas de llorar, y pensar que hacemos aca? Porque no tome un taxi? Pero si no lo realizaba no iba a poder ver donde estamos parados y hablo de Buenos Aires que es la ciudad mas importante de nuestro pais".
La mamá de Juli también contó como fue ir a un restaurante: "Otra cosa que nos sucedió fue en un restauran en Belgrano, donde intente ir al baño para personas con discapacidad y estaba siendo utilizado como deposito. Lleno de cosas. En mi intento por ingresar con Juli en su silla fue imposible".