Aberturas Aluminar

Desde el Refugio Canino de Venado Tuerto emitieron una excelente explicación de porque esta abierto el refugio y la atención que le brindan a cientos de perros. A continuación la publicación del Refugio Canino de Venado Tuerto.

CIERREN LOS REFUGIOS Así nos dicen muchas veces. Que cerremos el Refugio, que no servimos para nada, que lo único que hacemos es juntar perros y amontonarlos como si fueran trastos, que no podemos tener casi 300 perros en buenas condiciones y atender sus individualidades, que somos la causa de los problemas. Lo dice gente que no pasó ni un día entero en un refugio, mucho menos en nuestro refugio, pero bueno, ese es otro tema.
Y nosotros seguimos. No porque creamos que seamos imprescindibles ni porque creamos que los refugios sean la única solución. Al contrario, nos encantaría que no hubiera refugios si eso significara que no hay más perros que los necesiten. Pero después te encontrás a Fernandito Ramón y a Lizzy, son ellos, los de las fotos. Ellos llegaron al Refugio siendo cachorros y ya inmovilizados debido a diferentes lesiones. Ninguno de los dos tiene sensibilidad desde cierta parte de la columna hacia abajo. No controlan esfínteres. En castellano: se hacen pis y caca encima todo el tiempo. Se arrastran. Ensucian todo. Tienen infecciones frecuentes y sus extremidades inferiores tienen que ser vendadas si van a deambular porque de otro modo se lastimarían y sus patas se infectarían hasta pudrirse. Nadie quiere adoptar a perros como Fernandito Ramón o como Lizzy. Tampoco nadie quiere adoptar a Horacio o a Ojitos, porque están ciegos, o a Aquiles, porque le falta una pata, o a Orejas, porque es un viejo cascarrabias que no se lleva con ningún perro (y casi con ningún humano), o a todos los perros de más de 5 años que rarísima vez consiguen ser adoptados. Entonces ahí estamos nosotros, el refugio, para darles un hogar, para que todos y cada uno del resto de sus días tengan alimento y atención veterinaria, para que tengan un mimo un ratito cuando les dan de comer o los voluntarios entran a los caniles. O tal vez tengan la suerte de salir a pasear. Y, quién sabe, tal vez, luego de años de vivir en el Refugio, alguien vea en los ojos de muchos de estos perros y sepa que ése va a ser su compañero.
En el mientras tanto, nosotros seguimos trabajando para ellos, para los que necesitan de nosotros y tal vez lo necesiten toda su vida