Aberturas Aluminar

Universidad Católica descansa en buena parte en la gestión que ha llevado José María Buljubasich hace más de una década. El ex arquero y gerente deportivo hace y deshace en San Carlos de Apoquindo, con un perfil reservado, comedido y dedicado.
Pero el Tati también tiene historia personal, incluida una que parecía guardada bajo siete llaves. La muerte de sus padres marcó el paso de la niñez a la adolescencia, y así lo reconocio el golero récord en una extensa entrevista con diario La Nación
"Mi papá era camionero y mi mamá, costurera y ama de casa. Mi viejo falleció en un accidente en la Panamericana cuando yo tenía 8 años y Rosana, mi hermana, 11; y no sé si porque éramos muy chicos o porque mamá no quería hablar del tema, nunca tuvimos más información que esa", reveló el hombre fuerte del fútbol cruzado.
"No sé ni por qué fue el accidente", asegura el Tati. "Creo que uno también bloquea cosas para seguir viviendo. Al morir mi viejo, mi mamá decidió que nos mudáramos de Firmat a Venado Tuerto, donde estaba su familia", explica el argentino.
Pero vino un golpe mayúsculo. "Cinco años después de la muerte de mi viejo, en 1984, yo tenía 13. Mi mamá era depresiva y se suicidó. Había días en que llegaba y estaban todas las luces apagadas y no se levantaba de la cama. Y otros días estaba bien", recuerda.
El relato de ese día estremece: "Yo siempre iba al colegio con la llave en la mochila. Ese día, mamá no se levantó, desayuné solo, fui al colegio y volví al mediodía, antes que mi hermana. Cuando llegué y quise entrar, no tenía la llave y había un cartelito en la puerta, con su letra, en el que decía que esperara a Rosana para entrar".
"Yo estaba en una bici que me habían prestado, así que fui a devolverla y al regresar vi movimientos y una vecina me dijo: 'Anda a buscar a tu tía'. Al llegar con mi tía vi que le hizo el gesto de lo que había pasado. Fui corriendo a avisarle a mi hermana al colegio: entré a la sala y le dije ahí mismo que mamá se había ahorcado", rememora Buljubasich.
El desenlace es doblemente duro para un preadolescente. "No quise entrar a verla y tampoco quería ir al velatorio, pero Martín, uno de mis tíos y alguien que me ayudó mucho, me explicó que me iba a arrepentir, que el velatorio era el momento para despedirme", revivió.
El consejo vale hasta hoy: "Le hice caso. Fue bueno no haberla visto ahorcada, esa impresión te queda para siempre". Un Buljubasich más íntimo que nunca revelado ante una de las plumas más reputadas del periodismo sudamericano: Diego Borinsky.


ALGUNAS RESPUESTAS SOBRE SU RELACIÓN CON VENADO TUERTO

¿A qué se dedicaban tus viejos?
-Mi papá era camionero y mi mamá, ama de casa y costurera. Mi viejo falleció en un accidente en la Panamericana cuando yo tenía 8 años y Rosana, mi hermana, 11, y no sé si porque éramos muy chicos o porque mamá no quería hablar del tema, nunca tuvimos más información que esa. No sé ni por qué fue el accidente. Creo que uno también bloquea ciertas cosas para seguir viviendo. Al morir mi viejo, mi mamá decidió que nos mudáramos de Firmat a Venado Tuerto, donde estaba su familia.

¿Cómo saliste adelante?
-No sé, siempre tuve cierta fortaleza en ese sentido, y también el hecho de que mi mamá no estuviera bien durante tantos años no me permitió vivir en un ambiente muy agradable. Yo era muy responsable en el colegio, jugaba al fútbol en Venado y tenía en mi mente ser futbolista y todo esto me ayudó a enfocarme en ser alguien en la vida: a los 16 años entré a las inferiores de Central y me metí de lleno en ese objetivo.

¿A Rosario fuiste con tu hermana?
-No. Viví con mi hermana en la casa de la tía Santi dos años y medio y en febrero del 87 me fui solo a Rosario y mi hermana se quedó en Venado, en ese sentido la sufrió más que yo. Ya estaba de novia con Adrián, y ese fue un apoyo muy importante para ella y para mí. El de su novio y los suegros. Mi hermana fue casi como mi mamá, siempre estuvo apuntalándome. El primer año en Central el club no me pagó la pensión, así que con un alquiler que teníamos y la ayuda de algunos tíos y de los suegros de mi hermana, la fui peleando. Ya en el segundo año, Central sí me pagó la pensión.

¿De quién eras hincha de pibe?
-Mi viejo era de San Lorenzo y entonces yo tenía pantalón, medias y camisetas de San Lorenzo. Yo no era fanático, en Venado casi no veía fútbol. De hecho, el primer partido que vi en vivo fue en Mar del Plata, un amistoso entre River y Colonia, con Schumacher en el arco, en enero del 87, con 15 años. No sé cómo hizo mi hermana para juntar la plata, pero nos fuimos los dos de vacaciones a Mar del Plata y también a la cancha. Mi viejo era de San Lorenzo y el resto de mi familia era de River pero una vez que entré a Central me hice hincha de Central. Si hoy me preguntás, te digo que soy hincha de Central… y de la Católica, claro.

¿Por qué decidiste ser arquero?
-Mi viejo me llevaba a Firmat Fútbol club, después en Venado jugaba en Centenario. Una mañana fui al arco, no me preguntés por qué, parece que lo hice bien y no salí más.

¿Venís seguido a la Argentina?
-Mientras el equipo compite estoy con el equipo y cuando termina el campeonato empieza el período de contrataciones, que es bastante intenso, entonces se me complica. Suelo ir 4 o 5 días para allá, por lo general para Navidad o año nuevo, y pasamos unos días en Venado Tuerto, donde está mi hermana, y en Rosario, donde está la familia de mi mujer. En alguna ocasión también vienen para Chile mi hermana y mis suegros.


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