Un matrimonio venadense, de unos 30 y pocos años, con un bebé de un año y medio, que pretenden establecerse y trabajar en la ciudad de Casilda, debió pasar casi 30 noches durmiendo a bordo de su automóvil por las altas dificultades y los altos costos que le implica alquilar una casa o una pensión para pasar la noche. Estuvieron con su vehículo por distintas zonas de la ciudad según los vecinos lo alertaban por aquellos lugares más o menos seguros para quedarse.
Él tiene 33 años, es técnico electrónico. Su esposa también tiene la misma edad. Fueron compañeros desde la escuela primaria. Se casaron, armaron su familia y tuvieron un bebé que hoy tiene un año y 5 meses.
Por esas vueltas de la vida, sus padres se separaron y falleciendo luego uno de ellos y las cosas comenzaron a salirse de rumbo. Tuvo que dejar la facultad y comenzar
a trabajar. Pero también ahí, las cosas, luego de un tiempo trabajando por cuenta propia no fueron muy prometedoras y decidieron buscar un nuevo rumbo. Casilda fue la ciudad elegida, sobre todo por la oferta laboral que ofrece aquella ciudad.
Al llegar, si bien unos amigos le brindan contención y consejos, no poseen espacio para albergar a la joven familia, por lo que ellos mismos decidieron quedarse en su auto por las noches, para no molestar a nadie, estacionando en algunos puntos de la ciudad.
Así deambularon varias noches, y durante el día él recorría las empresas y donde lo mandaran para entregar su curriculum. "Nos ponen muchas trabas para alquilar una casa y si vamos a una pensión el costo es altísimo, y no estamos en condiciones de afrontar ese gasto hasta que no pueda trabajar y obtener mis ingresos para pagarlo" cuenta el joven.
"Quiero trabajar, y ganarme mi propio dinero, pero como no nos conocen tal vez la desconfianza nos juega en contra" y repite varias veces en nuestra charla aclara que "no quiero que me regalen nada. Quiero trabajar"
Consultado sobre por que tomaron esta decisión, nos dice "elegimos hacerlo así para no molestar a nadie, pero necesito el trabajo y no pretendo depender de nadie" aunque es muy consciente de la realidad ya que "es triste estar así y vemos que hay muchísima gente que incluso está mucho peor que nosotros".
El joven, quien por cuestiones obvias todavía no vamos a dar el nombre o su contacto, se recibió en una escuela industrial de Venado Tuerto con el segundo mejor promedio de su clase. "Teniendo la posibilidad de encontrar un trabajo, podremos arrancar de nuevo nuestra vida, y esperamos que pueda ser en Casilda porque nos gustó mucho la ciudad" se explica.
Finalmente antes de terminar el joven técnico sentencia: "queremos tener aunque sea un techo aunque sabemos que no es fácil, pero no perdemos la fe".
Por cualquier motivo, inclusive por cuestiones de seguridad, para evitar cualquier inconveniente, no divulgaremos todavía la identidad de esta joven familia, pero si existiese alguna oferta laboral, rogamos hacerlo saber a través del medio que publico esta nota: Ahora Casilda.