Maximiliano Sergini decididió apostar a un emprendimiento propio con base en un producto muy tradicional: la garrapiñada. Como forma de sumar ingresos en un momento difícil, junto a su pareja, Nanu Sciarratta, comenzaron a elaborar esta golosina a partir de una receta familiar y hoy venden sus paquetes a importantes negocios de la ciudad de Rosario bajo la marca Don Pedro. Como objetivo a corto plazo, apuntan a conseguir maquinaria nueva que les permita ampliar la producción y su red de clientes.
“Mi marido es de Venado Tuerto y yo me fui a vivir allá con él hace unos años. Formamos una familia y necesitábamos más ingresos, y se nos ocurrió emprender con esta idea de la garrapiñada artesanal, en base a una receta del abuelo de mi marido. Nosotros siempre hacíamos para eventos familiares o para reuniones con amigos y eran un éxito así que no pareció que podían funcionar”, contó Sciarratta a Punto biz.
Fue hace un tiempo, cuando los emprendedores decidieron volver a vivir a Rosario, que comenzaron a apostar fuerte por esta idea de negocio, pero recién a principios del año pasado el proyecto tomó vuelo, cuando la pareja comenzó a vender sus paquetes de 150 gramos al teatro Mateo Booz. Poco a poco la red se fue ampliando y hoy trabajan con negocios del centro de la ciudad, kioskos, supermercados y mayoristas. De hecho están trabajando con un importante distribuidor de la ciudad de Venado Tuerto que les permitió aumentar de forma importante los niveles de venta y es por esto que la marca ya contempla planes de expansión.
“Estamos produciendo 300 paquetes de 150 gramos por semana y la idea es adquirir una máquina nueva que nos va a permitir producir de a 30 kilos cada veinte minutos. De hecho, se contactaron con nosotros desde el gobierno de Santa Fe porque hay una posibilidad de que nos ayuden con la inversión, que se estima en unos $180 mil, para poder adquirirla”, destacó el emprendedor y agregó que en el camino a la profesionalización contempla inaugurar en un futuro su propia fábrica y sumar mano de obra.
En cuanto al proceso de elaboración, Sergini resaltó que el diferencial de Don Pedro está en la calidad de las materias primas que trabajan y en el tiempo de dedicación al producto y explicó que mientras otros cocineros lo sacan cuando piensan que ya está cocinado, ellos lo dejan por más tiempo para lograr un brillo diferente y mayor concentración de sabor. Además, trabajan con un maní que traen desde Córdoba, con un tamaño más grande y que viene con piel, lo cual permite que elazúcar se adhiera mejor.
Además, los emprendedores lanzarán dos nuevas líneas de sabores: maní con chocolate y maní japonés, con las que esperan seguir creciendo y cumplir su objetivo de que la garrapiñada deje de comprarse principalmente para Navidad o Año Nuevo y empiece a consumirse durante el año como una golosina más.La medida de venta es 150 gramos pero para también elaboran paquetes de un Kilo que se comercializan más que nada con mayoristas o para las fiestas y Sergini contó que comenzarón a trabajar con restaurantes de la ciudad como La Farolina y El León.
Fuente: Punto Biz