Desde el hallazgo hasta que pudieron bajarlo pasaron casi 24 horas. El cuerpo de Claudio Kegalj, el parapentista venadense que se había perdido en los cerros de Famatina, en La Rioja, pudo ser rescatado recién alrededor de las 18:30hs. de este lunes, luego de un complejo operativo que dejó gendarmes deshidratados, con calambres y agotados en forma física.
Hacia la noche del lunes la jueza de Instrucción en lo Criminal y Correccional Nº2 Virginia Nelly Illanes Bordón permanecía en la morgue de Chilecito. Ahí se practicaba la autopsia que determinará las causas de la muerte.
Kergal, nacido en Venado Tuerto, había llegado a Famatina, en el oeste riojano, distante a más de 200 kilómetros de la capital provincial, para practicar parapente junto a un grupo de amigos del lugar. Claudio Kegalj tenía 55 años, estaba casado y vivía en Venado Tuerto. Era un parapentista experimentado y, según trascendió, no era su primera vez en esos cerros, conocidos por el viento que permite la práctica de parapente.
Además de su pasión por este deporte, Kegalj era técnico electrónico. Se dedicaba a la fabricación y venta de sistemas de sonido en Venado Tuerto, donde era referente entre la comunidad de DJs de esta ciudad.
Lo que se sabe hasta el momento es que Kegalj salió el viernes a sobrevolar la zona montañosa de Famatina junto a dos amigos. Ellos aterrizaron, pero Kegalj no consiguió bajar de la cuesta. Eso al comienzo no llamó la atención de sus compañeros, que sabían de su experiencia. Pero con el correr de las horas empezaron a preocuparse.
El GPS de Kegalj permanecía activo y la señal lo ubicaba en un área de alta montaña. Fue una de sus hijas, Carolina, la que a través de las redes sociales pidió ayuda: "Por favor estamos buscando un drone que sirva de rescate", escribió.
Lo divisaron desde un helicóptero el domingo alrededor de las 19, cuando en la zona empezaba a atardecer. Había quedado atrapado en una roca.
Algunas versiones indican que el piloto del helicóptero creyó ver un brazo en movimiento, por lo que en un primer momento se informó que estaba con vida.
Otras fuentes luego desestimaron esa información y la relacionaban con una ilusión falsa o una acción del viento que provocó el movimiento.
Tampoco hay aún una definición clara sobre el momento y la manera en que el cuerpo de Kegalj fue encontrado. Primero se dijo que un grupo conformado por gendarmes, enfermeros y policía de la provincia bajó del helicóptero en un punto cercano al lugar donde Kegalj estaba atrapado y que caminó durante casi 12 horas hasta dar con él a las 6.30 de este lunes, momento en que se constató la muerte.
Mientras que otra versión informó que un gendarme permaneció toda la noche junto al cuerpo de Kegalj hasta que un médico declaró la muerte.
Lo cierto es que, desde que se denunció la desaparición, la complejidad de la zona fue un problema. La temperatura de 35.6 grados, el viento zonda y la altura del cordón montañoso, que por momentos superaba los 2.300 metros, impidieron que, tanto en la búsqueda como en el rescate, se dilataran las maniobras.
Desde la mañana de este lunes y hasta esta tarde, cuando al fin se pudo bajar el cuerpo, hubo intentos sucesivos de acercar el helicóptero a un punto cercano donde pudiera aterrizar, pero fue muy dificultoso por el viento.
En tierra, los encargados de posibilitar el traslado fueron miembros del grupo especial de alta montaña: gendarmes que se despliegan a lo largo de toda la Cordillera de los Andes, desde La Quiaca hasta Ushuaia. Eran expertos, pero aún así terminaron agotados: con calambres y deshidratados.