Su última prueba de cámara, en diciembre de 2018, fue en los mismos estudios de Polka donde hoy graban ATAV (Argentina, Tierra de Amor y Venganza), el éxito televisivo de eltrece. Sin embargo, Sebastián Sinnott (22) no fue elegido hasta seis meses después de aquella audición.
“Además de un sueño y una responsabilidad por cumplir con todo, lo que más me llevo es el entrenamiento de compartir escenas con grandes actores como Fernán Mirás o Benjamín Vicuña. Vi a Albert Baró en Merlí y cruzar escenas con él es un privilegio porque lo admiro un montón”, cuenta a la Revista Caras el actor que en la ficción compone a un guardavidas que —en plena década del 30— se anima a vivir una historia de amor homosexual con el personaje de Malek (Franco Quercia).
“Cualquier personaje que uno interpreta y que es lejano a uno siempre es un desafío. Actuar todo ese tipo de cosas para un actor es muy fructífero y uno aprende mucho. Nunca había besado a un hombre, ni siquiera en teatro. Con Franco tenemos muy buena onda entonces fue muy relajado, fluyó y creo que se notó”, asegura.
Cantante desde los 7 años, sus logros se trasladan también a la factoría Disney, donde antes de integrar el multicultural elenco de la nueva serie juvenil “Bia”, dio sus primeros pasos como extra en las exitosas “Soy Luna” y “O11CE”. “Estar en dos tiras al mismo tiempo y en estos dos canales tan grandes es un orgullo enorme. En “Bia” me pasó lo mismo que en ATAV, llegué a última instancia del casting y no quedé. Meses después me llamaron para decirme que había un personaje para mí”.
Con experiencia en teatro comercial e independiente, aunque con una inclinación musical innata desde pequeño, Sinnot menciona al tango como su primer descubrimiento artístico. “Lo cantaba de chiquito con mi abuelo en Venado Tuerto. Y cuando pensé que me inclinaría por la música, mudarme a Buenos Aires me llevó a meterme en la actuación y un poco me encontró este camino, no lo busqué. Paralelamente escribo y compongo canciones y hago clases de baile clásico y reguetón pero hoy le doy prioridad a lo actoral”, concluye quien hoy celebra lo cosechado a base de talento, y sobre todo, perseverancia.