Desde la puesta en marcha del servicio de recolección de Aceites Vegetales Usados (AVU), más de 171 mil litros tuvieron su correcto tratamiento y disposición final, evitando que su destino sean la tubería de líquidos cloacales, cunetas o cualquier otro sistema, provocando un lógico impacto ambiental.
Desde la implementación del programa, en diciembre del 2012, hasta la fecha, se fue incrementando el número de generadores, pasando de 33 iniciales a los 59 actuales.
A su vez, se ha mejorado notoriamente la calidad del sistema de recolección, logrando el cumplimiento de recorridos quincenales y la implementación de una planilla a nivel municipal del registro de AVU recolectados, lo que permite tener acceso inmediato a la información de cada recolección.
En un informe elaborado por el área municipal EERR y Redes de Desarrollo Local, que coordina el profesor Lorenzo Pérez, se detalla que en el segundo semestre de 2018 se recolectaron más de 12 mil litros de AVU, provenientes de bares, restaurantes, rotiserías, parrillas, estaciones de servicio, comedores, pizzerías, braserías, carritos, servicios de catering, hoteles, supermercados y otros locales comerciales vinculados a la actividad gastronómica.
Como dato comparativo, mientras en 2018 se recolectaron casi 26 mil litros, el año 2016 marcó el pico de recolección con casi 42 mil litros de AVU, aunque en los últimos años aparecieron otros recolectores.
El convenio
El Municipio de Venado firmó un convenio a fines de 2012 con la Fundación de Investigaciones Energéticas y Medioambientales (Fiem), que incorporaba a la ciudad al Programa de Recolección de los Aceites Vegetales Usados (AVU). El convenio tenía como fin implementar la recolección, almacenamiento, transporte, tratamiento y disposición final de los AVU, destinados a la producción de biodiesel en el ámbito de la provincia, dando cumplimiento al mismo tiempo a la ordenanza local 4159/12.
El convenio estipulaba el trabajo conjunto de las partes para la implementación del Progreco (Programa Ecológico), con el fin de formalizar el sistema de recolección de AVU para la elaboración de bioenergía y llevar a cabo las campañas de concientización necesarias.
Además, las partes se comprometían a desarrollar capacitación y concientización, sistema de recolección, trazabilidad; e información vinculada a toda alteración al medio ambiente y la salud alimentaria por mal uso en las prácticas de frituras.
El sistema de recolección, como primera etapa, se dirigió a los grandes generadores, a los que se les otorga un bidón para recolectar los AVU y una oblea identificatoria, coordinando con ellos la frecuencia de retiro de acuerdo a la actividad gastronómica. Un segundo paso, a implementar, es la recolección domiciliaria.
“Aparecieron en los últimos tiempos otros recolectores en la ciudad, pero mediante nuestro convenio con Progreco se certifica que todo el aceite que se retira tiene como fin último la generación de biocombustible. A cada generador se le entrega un certificado de trazabilidad, por lo cual si salieron 200 litros de AVU de una rotisería, esa rotisería sabe que esos 200 litros cumplen con el fin ambiental del convenio, algo que no podemos saber con los otros recolectores”, advirtió Pérez.