El Refugio Canino de Venado Tuerto realiza un excelente trabajo rescatando perros, asistirlos y ponerlos en condiciones para luego puedan ser adoptados.
Sí bien casi todas las personas que allí adoptan perros lo hacen con todo el cariño y le brindan todo lo necesario para un buen vivir, hay casos que lamentablemente no resultan bien. Como el caso de Dingo, que desde el Refugio Canino lo contaron de la siguiente manera:
NO Adoptes...
Dingo fue adoptado, pero lamentablemente, la adopción no resultó como esperábamos.
No todas las personas que se acercan al Refugio para adoptar cumplen con los requisitos para sumar un perro a su familia. Muchos buscan una mascota que viva en el fondo del patio, cuidando que no entren ladrones, como si fuese un empleado de seguridad. La realidad es que NINGÚN perro debería cumplir esa función. Es una costumbre arraigada en ciertas partes de la sociedad que queremos erradicar. Aunque hacemos hincapié en cada entrevista de adopción, muchas veces el potencial adoptante ignora nuestras recomendaciones.
Los perros NO son alarmas ni funcionan como rejas.
No es excluyente que el perro viva adentro, durmiendo en el sillón, pero sí es esencial que tenga un lugar cómodo donde descansar. En caso de tener poco espacio, debe poder salir a pasear con correa o jugar.
Un perro necesita TIEMPO y CARIÑO. Parece obvio, pero no todos lo comprenden. Si no tenés al menos unos minutos al día para dedicarle mimos, juegos o paseos, NO deberías tener un perro. ¿Dejarías a tu hijo solo todo el día en casa? ¿Lo expondrías en caso de que entren ladrones para que te defienda? Con un perro tampoco debería pasar eso.
Los perros NO son humanos, pero eso no los exime de necesitar cuidados y consideraciones similares a los nuestros.
TODOS LOS PERROS tienen un período de adaptación a su nuevo hogar. Si en las primeras semanas o incluso meses un perro demuestra miedo o inseguridad, puede ser normal. El proceso de adaptación es distinto en cada perro, y en esa etapa necesita acompañamiento y comprensión de su tutor.
Si no podés hacerte cargo, entonces NO adoptes.
Este hermoso rubio merece la oportunidad de encontrar una familia que lo ame. Rescatado junto a su mamá de un basural clandestino cuando era solo un bebé, su mamá encontró un hogar, pero él sigue esperando su oportunidad.
Dingo tiene 4 años y medio, es de tamaño mediano, activo, juguetón y muy cariñoso. Se lleva de maravilla con otros perros.