El lobby de la Iglesia que frenó la ley de Educación de la provincia en el Senado generó ayer la primera reacción política en Diputados. Desde su banca en el recinto, el diputado Carlos del Frade impugnó el supuesto poder de veto del arzobispo de Rosario y presidente de la comisión de Educación del Episcopado, Eduardo Martín y de sus pares de Santa Fe, Sergio Fenoy; de Rafaela, Luis Fernández y de Venado Tuerto, Gustavo Help, que operaron en la Legislatura. “Es increíble el poder que tienen estos cuatro obispos en la provincia. Vinieron a imponerles condiciones a los senadores para que la ley sea cajoneada”. Y “un trabajo parlamentario de dos años, que se votó por unanimidad” en la Cámara baja el 20 de setiembre, en una “sesión histórica”, lo bloquearon en dos semanas. “Actúan como si fueran señores feudales”, quieren imponer a la ciudadanía de Santa Fe un retroceso de 160 años y “subordinar la propiedad del cuerpo y del cerebro de las personas a lo que ellos dispongan sobre lo que debe pensarse y hacerse con la educación”, alertó el legislador.
Del Frade utilizó el espacio de las “manifestaciones”, que son libres y no habilitan el debate, para denunciar el lobby de los obispos en la Legislatura. Pero el diputado del PJ Julio Eggimann negó que se tratara de una “presión indebida” y defendió al arzobispo de Rosario. “Lo conozco, es de Venado Tuerto, fuimos juntos al colegio de los curas, es una persona de bien. No puedo permitir que le digan barbaridades. ¿Por qué? ¿Por qué tiene otra mirada sobre la ley de Educación Sexual Integral (ESI)?”, que también está bloqueada en el Senado.
El operativo de la Iglesia comenzó con una primera reunión de los obispos Martín, Fenoy y Fernández con los senadores de la UCR, en el despacho del vicegobernador Carlos Fascendini. Y siguió esta semana, con una segunda reunión de Martín y Help con los senadores del PJ. En ambas, los acompañó el mismo grupo: los vicarios para la Educación de Rosario y Santa Fe, Osvaldo Macerola y José Luis Ayala. Más, Javier Bilbao, Walter Van Meegroot y Verónica Baró Graf.
Según los senadores del PJ, Martín y Help les dijeron que “la ley de Educación que habían consensuado con el gobierno provincial y el Ministerio de Educación no es la que votó Diputados”. Del Frade los desmintió. “Mienten los obispos, violan el octavo mandamiento que ellos dicen respetar. Mienten cuando dicen que no fueron escuchados por la comisión de Educación (de Diputados), ni por el Ministerio de Educación”.
“Los obispos no quieren discutir hasta dónde los padres pueden participar en la educación. Ellos quieren dominar la cabeza y los cuerpos, especialmente los cuerpos de las chicas. Por eso no quieren saber nada con la Educación Sexual Integral (ESI)”, siguió Del Frade.
“Tenemos un problema muy serio. El tema político. Los que escuchan las sugerencias de estos señores feudales”, en obvia referencia a los senadores de la UCR y el PJ. “¿Cuál es la moral del arzobispo de Santa Fe en lo que significa ser el sucesor de (Edgardo Gabriel) Storni? ¿Desde qué lugar se habla? ¿Desde qué lugar se habla de Rafaela donde hubo un obispo extraordinario como monseñor (Antonio) Brasca que se jugó en serio por los intereses populares, mientras otros miraban para un costado cuando se hacían abortos clandestinos en el hospital de Rafaela? ¿Desde dónde hablan? ¿Cuál es el poder que ejercen?”, se preguntó el legislador.
“¿Quién fija el destino de la educación en Santa Fe? ¿Cuatro obispos que se consideran dignatarios de Dios en la tierra? ¿O somos los representantes del pueblo, los que pensamos que el Estado es el único puede garantizar la educación, la salud y los derechos de los santafesinos? Sería bueno sacarnos de encima a estos tipos que quieren reciclar la Conquista sobre nuestras cabezas y nuestros cuerpos”, planteó Del Frade.
Eggimann no se la aguantó, pasó por alto la potestad de Del Frade de utilizar el espacio de las “manifestaciones” para expresarse con libertad. Y le reprochó a su colega la “liviandad” y los “improperios”. “Resulta que ahora ser obispo es ser portador de una condición oprobiosa”, chicaneó.
“Los obispos que estuvieron en el Senado ejercieron un derecho que le garantizamos a todos los santafesinos. Tienen derecho a hacerlo y los vamos a escuchar. ¿Qué les vamos a decir a los senadores que los escucharon? ¿Que degradan su poder por escuchar a los obispos?”, preguntó Eggimann. “En buena hora que vengan a decir lo que piensan. Los vamos a escuchar- Y eso no es hacer presiones indebidas, es ejercer el derecho al reclamo”.

Fuente: Rosario 12