Aberturas Aluminar

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El arzobispo de Rosario denunció la ausencia de campañas para reducir el uso de estupefacientes y marcó la importancia del Estado en materia de seguridad.
El arzobispo de Rosario, oriundo de Venado Tuerto, Monseñor Eduardo Eliseo Martín, se pronunció en las últimas horas ante la escalada de la violencia en Rosario. Por un lado, pidió en su misa dominical a los fieles “rezar por las autoridades”. Por otro lado la Iglesia en su conjunto emitió un comunicado por la situación local, en la que denunció que “la droga nos está matando”.
“Por qué un joven para estar bien tiene que darse vuelta en una fiesta electrónica”, se preguntó Martín. En ese sentido, reclamó que el consumo “se fomenta” desde muchos lugares y que no ha visto campañas para reducirlo en los últimos años.
Por otro lado, el arzobispo de Rosario afirmó: “La oferta crece porque hay demanda, gente que no puede vivir sin estupefacientes. Eso habla mal de nosotros, porque parece que se necesita un complemento para estar bien”.
“Todos podemos hacer algo, en primer lugar desde el propio valor de la persona. Todas las obras de recuperación de adictos han nacido de gente que se puso a trabajar para ayudar al prójimo”, apuntó. Y añadió: “Dios nos ha dado dones para brindarlos. Donar nuestro tiempo libre, nuestras energías en los demás. Eso genera una gran satisfacción”.
El religioso reflejó que “el Estado tiene que estar, evidentemente”, y ejemplificó con la seguridad: “Nadie puede salir a buscar delincuentes”. “Rosario tiene muchas asociaciones que trabajan por el bien de los demás, pero tiene que haber un trabajo conjunto. El Estado es el que tiene que investigar el lavado del dinero”, continuó.
Para concluir, Eliseo Eduardo Martín se refirió a la suspensión del Vía Crucis del Padre Ignacio: “Fue una sorpresa, lo escuché cuando dijo que a pesar de tener el apoyo del Estado decidió no hacerlo por cuestiones de seguridad y económicas. No está ni bien ni mal, es una decisión. Puede ser un momento, pero hay que continuar por la vida. No nos tenemos que dejar amedrentar”.