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Categoría: Regionales

A Manuel Mansilla le redujeron la pena de 21 a 15 años de prisión, ya que el acusado cometió el delito siendo menor de edad. La mamá de la víctima, cuyo crimen dio nacimiento al movimiento “Ni Una Menos”, aseguró que buscará la forma de seguir haciendo justicia.
El femicidio de Chiara Páez (15) ocurrido en la ciudad de Rufino fue uno de los crímenes machistas más visibilizados del país y el que impulsó el movimiento “Ni Una Menos”. A ocho años del hecho, después de muchas marchas y una lucha incansable por parte de la familia de la víctima, la Justicia de Santa Fe falló a favor del condenado por el crimen, a quien le redujo la pena de 15 años de prisión. Se trata de una sentencia definitiva, que no podrá ser apelada.
El fundamento de los magistrados que tomaron esta determinación sostienen que Manuel Mansilla tenía 16 años al momento de cometer el delito y que por eso debió haber sido juzgado por tentativa de femicidio, la pena máxima que puede recibir un menor, tal como dice el artículo 44 del Código Penal.
La resolución de la Cámara de Apelaciones en lo Penal de Rosario, integrada por Guillermo Llaudet, Javier Beltramonte y Gerogina Depetris, confirmó lo dictado por la Suprema Corte santafecina, que estableció que Mansilla debe purgar una pena de 15 años de cárcel y no de 21, como lo había sentenciado el tribunal de primera instancia en 2017.

El femicida dijo estar “arrepentido”
En la audiencia llevada a cabo este jueves, la defensa de Mansilla solicitó que su defendido reciba una condena por tan solo 13 años de prisión, y que se tenga en cuenta que el acusado estudia dentro del penal la tecnicatura en bibliotecario y en software. En un momento de la apelación, el femicida dijo estar “arrepentido” por lo que hizo y no pidió su absolución, pero sí que se cumpla con lo pedido por su abogada.
Por otro lado, el fiscal Fernando Palmonelli reiteró el pedido de pena máxima, ya que considera que existen “sobrados elementos probatorios” en contra del condenado, y solicitó que se tenga en cuenta “la intensidad y gravedad de las lesiones” provocadas a Chiara, así como el ocultamiento del cuerpo para que nadie pueda encontrarlo. Lo mismo hizo con su celular, al que manipuló para desviar la investigación. También sumó la figura del femicidio, ya que la víctima estaba embarazada al momento de la muerte.
También habló el asesor de Menores, Leandro Carozzo, quien coincidió con el pedido de la defensa y no discutió la pena. “La Corte ya se ha expedido al respecto, sentando pautas claras y hay sentencia firme”, dijo el asesor.
Por último, la mamá y el papá de Chiara, Verónica Camargo y Fabio Páez, tomaron la palabra y dijeron que los derechos de su hija fallecida no se están teniendo en cuenta por la defensa y el asesor de Menores. Pidieron la pena máxima para el acusado.
Después de una larga audiencia, la Cámara de Apelaciones decidió cumplimentar lo ordenado por la Suprema Corte de Justicia de Santa Fe.
“Estoy angustiada y desilusionada. El sistema judicial siempre beneficia y tienen siempre más en cuenta los derechos de los criminales, en vez de la víctima”, dijo Verónica.
En medio de la conmoción por la decisión de los magistrados, la mamá de Chiara expresó: “Los derechos del niño parecen que son solo para Mansilla, pero no se olviden que Chiara también era una niña y que tenía derecho a la vida”.
“No puedo entender como anularon lo que dictó el juez de primera instancia, quienes le dieron 21 años. Ellos para dar esa sentencia no inventaron leyes ni fallos. Voy a seguir buscando la forma de buscar justicia”, cerró.

El brutal femicidio de Chiara Páez
El sábado 9 de mayo de 2015, la víctima avisó en su casa que iba a ir a lo de una compañera de la escuela, y cuando estaba allí, decidió salir para encontrarse con su novio, el último que la vio con vida.
A las pocas horas, la familia de Chiara -embarazada de dos meses- empezó a preocuparse porque no aparecía, hasta que finalmente se descubrió que la víctima había sido asesinada a golpes y enterrada en el jardín de la casa de Mansilla, lugar donde toda la familia hacía un asado en el momento en que los investigadores llegaron para registrar la propiedad.
Durante la búsqueda, nadie sospechó del joven porque incluso participó de diferentes recorridas y acciones para hallar a su novia, hasta que finalmente confesó lo que había hecho.
Después de haber incurrido en contradicciones, Mansilla admitió que había matado a Páez con una escuadra y que luego, sin ayuda de nadie, había hecho un pozo en el fondo de su casa para enterrarla.